La clase de literatura que quiero
Cuando pienso en una clase de literatura, pienso en una clase para descubrir, para comprender, para expresar y para compartir, y si mañana tuviese que ponerme delante de 20 personas a mostrarles los clásicos de nuestra literatura, querría que ellos los trabajasen de esta misma forma. La clase que me gustaría dar giraría alrededor de los textos y de la interpretación de los propios alumnos de los mismos. Querría que comprendiesen que la literatura se descubre cuando, mediante ella, te descubres a ti mismo. Trataría, para ello, de que comprendiesen el sentido de los escritos mediante la lectura activa, los debates, las representaciones, el visionado de películas y la escucha de canciones. Intentaría acercar la literatura a su mundo de manera que ellos viesen su verdadera utilidad.
Para conseguir los objetivos mencionados, trataría de poner en marcha proyectos en relación con las obras en los que los estudiantes fuesen no solo receptores de contenido, sino también creadores del mismo, cogiendo como punto de partida el texto. Incluiría el uso de las TIC en clase e intentaría que, de esta manera, los alumnos comprendiesen que la literatura escrita en otras épocas llega hasta la nuestra, también, en los formatos a los que ellos están acostumbrados. De esta manera, trataría de hacerles leer, comprender, escribir, crear y, con ello, aprender, de una manera que les resultase atractiva.
Entiendo que la teoría literaria es importante, y que los datos en relación a una obra, su autor, su interpretación y su análisis son útiles para su comprensión. Sin embargo, la clase de literatura que quiero prioriza lo que la esta puede aportar y enseñar a una persona que se acerca y se encuentra a sí misma, antes que aquello que, de forma técnica, podemos estudiar.
Patricia Sierra Alonso
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